POÉTICA DEL PLÁSTICO
Cuando el espacio se vacía de seres humanos y me sitúo en el escenario donde se desarrolla la vida cotidiana con sus objetos eventualmente abandonados,
cuando descontextualizo y plasmo la lejanía que impone el anonimato, lo desconocido o la imposibilidad de romper el obstáculo de la distancia, de la penumbra o de la incomunicación,aparecen las huellas del hombre.
Evito esa luz concreta y poderosa que define con dureza y claridad...
Busco situaciones en las se que se interpongan obstáculos como el agua, el plástico, el movimiento, barreras casi invisibles que marcan una distancia física con la realidad y que liman los aspectos más crudos de lo que hay fuera, porque quisiera encontrar las huellas de la luz.
Busco las huellas de la oscuridad entre las sombras, esas sombras poco densas que filtran la realidad modificándola levemente, aunque siempre la dejan ver.
A veces, me acerco mucho. Me gusta coquetear, mostrar poco, para que los demás intenten identificar ¨lo que podría ser¨, porque con el despertar de la imaginación, la realidad se modifica y se enriquece, se poetiza y se llena de misterio, tropezando, quizá, con las huellas de lo consciente.
Me parece estar vagando por el ámbito de lo traslúcido, por territorios fronterizos: entre la luz y la sombra, entre lo verdadero y lo falso, entre lo abstracto y lo concreto, entre lo evidente y, lo misterioso...y cuando capturo fragmentos de realidad me siento como esos silenciosos y anónimos caminantes que circulando por un sendero muchas veces repetido se sorprenden cuando por fin vislumbran el rastro de lo insólito, algo que siempre estuvo allí, pero que nunca habían percibido.